Temporada 1967-68: 30 partidos, 30 victorias (y III)

Y llegó el gran día. El 28 de abril la ciudad de Santiago de Compostela se convirtió en el epicentro del fútbol nacional. Nadie quería perderse un momento que pasaría a la historia del fútbol.

Club Deportivo Ourense llegó a Santiago el día antes del partido, alojándose en el Hotel Compostela. El día del partido cientos de ourensanos se acercaron a la Ciudad del Apóstol en 15 autobuses y multitud de coches particulares. Incluso se aplazó el partido que debían jugar en O Couto Atlético Ourense y Ordes. Ya no se jugaban nada en esta jornada final del campeonato y la Federación dio su visto bueno al aplazamiento para que todo el que quisiera pudiera acercarse a la capital de Galicia.

Tal era la expectación que fueron invitados por el Compostela todos los presidentes de los clubes gallegos de Tercera División para rendirle un merecido homenaje al equipo rojillo. No faltaron tampoco los medios audiovisuales. La emisora ourensana “La Voz del Miño” desplazó a Otilio Múñoz y a José Manuel Fernández Sobrino para retransmitir el partido. También la Televisión Española desplazó a un equipo para grabar el encuentro con el fin de emitir el lunes un reportaje del mismo en el programa “Ayer, domingo”. Incluso se llegó a plantear la posibilidad de retransmitirlo en directo, lo que finalmente se desechó.

Para insuflar todavía más moral a los jugadores y a la afición ourensanista el entrenador Fernando Bouso anunció antes del trascendental encuentro su renovación. Sin duda que se trataba de una gran noticia para el club, ya que disponía de suculentas ofertas vista la extraordinaria campaña realizada por C.D.Ourense.



Cortés, el extremo derecho



Y llegó la tan ansiada hora. A las 16,30 saltaron ambos equipos al terreno de juego de un estadio totalmente abarrotado de público, siendo el mayor lleno en la historia del viejo Santa Isabel (se habla de una recaudación de más de medio millón de las antiguas pesetas). Club Deportivo Ourense lo hizo con su once de gala: Roca; Varela, Astigarraga, Paredes; Ángel, Pito; Cortés, Seara, Carballeda, Pataco y Túnez.

Por su parte la Sociedad Deportiva Compostela alineó a José Luis; Miguel, Falo, Tono; Pucho, Bertúa; Machicha, J. Álvarez, Julián, Fito y Garrincha. El Compos era también un gran equipo. Hasta este momento tan sólo había perdido un partido (contra el Ourense, lógicamente) y había cedido cinco empates. En cualquier otro momento habrían sido números de campeón, pero ante si tenía un equipo asombroso.

Los rojillos fueron superiores al cuadro local, demostrando por qué llegaron a la cita con pleno de victorias. Además sus ansias por ganar eran muy superiores a las de los locales. El ímpetu inicial del Compostela se fue apagando con el paso de los minutos ante un equipo que no daba tregua a la hora de defender y atacar. A los 42 minutos de juego el delirio llegó a los aficionados ourensanos. Túnez, habilidoso extremo izquierdo, se fue por velocidad de la defensa local y de fuerte chut batió al portero santiagués. La hazaña estaba a punto de consumarse. La segunda mitad estuvo totalmente controlada por los rojillos que no pasaron apuros e incluso pudieron aumentar la ventaja.

Con el pitido final se desató la locura y la afición ourensanista invadió el terreno de juego para felicitar a sus jugadores por la hazaña lograda. Incluso el entrenador Bouso fue paseado a hombros por los jugadores. En medio de la fiesta llegó otra gran noticia por megafonía, la concesión a Club Deportivo Ourense de la Placa al Mérito Deportivo otorgada por el Delegado Nacional de Deportes, que no era otro que Juan Antonio Samaranch. El telegrama por el que se dio a conocer la noticia decía así: “Ante magnífica y extraordinaria campaña desarrollada por Club Deportivo Orense, al terminar imbatido competición de Liga, me satisface mucho poder comunicarle concesión Placa al Mérito Deportivo en su categoría de Plata. Muy cordial felicitación que le ruego transmita a directivos y jugadores de ese club. Firmado Juan Antonio Samaranch, Delegado Nacional de Deportes.”



Carballeda, delantero centro



Así se llegó al final de la temporada regular. Club Deportivo Ourense venció en los 30 partidos anotando 98 goles y encajando tan sólo 7. Un equipo extraordinario que no solo tenía una delantera demoledora (con Carballeda a la cabeza marcando 32 goles), sino que también poseía una defensa muy sólida. Todo el equipo era un bloque que se movía como un solo hombre a la hora de atacar y de defender, ese fue el gran secreto de su éxito. 

Después de la gesta el equipo rojillo se fue a jugar un par de partidos amistosos a tierras vascas como preparación para la próxima liguilla de ascenso. Fueron invitados por el Elgoibar con motivo de sus Bodas de Oro, perdió el Ourense por 2-0, y también jugaron en Atocha ante la Real Sociedad (2-2).

El 17 de mayo el equipo es homenajeado en Ourense. Se celebra un partido amistoso ante un combinado de jugadores del Valencia y el Mestalla que finaliza con victoria rojilla por 2-1. Como detalle que habla del señorío que imperaba en Club Deportivo Ourense realiza el saque de honor Simón, aquel jugador del Lugo que se fracturó la tibia en el partido de Liga en O Couto. Al finalizar el partido recepción en el Concello y más premios, menciones y aplausos a unos jugadores y a un club que habían entrado en la historia del fútbol por derecho propio.

Después  llegó la liguilla de ascenso y, quizás, la mayor decepción en la historia de Club Deportivo Ourense al caer eliminados en la segunda y definitiva eliminatoria ante el Ilicitano. Pero esa es otra historia.

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